miércoles, 19 de julio de 2017

Campesino de tierra y agua

foto javier sanz



Esto dijéronme:
Tu padre ha muerto…
Ramón Palomares
1
Se detuvo el corazón sin fuerzas
cesó el respiro
la piel esperará paciente
a fundirse con la tierra

2
En una cama ajena
hemos palpado tu piel tibia
nos dejas repentino
cansado de la lucha incontenible

Rehabilitaron tu marcha
rehabilitaron tu mente
no fue posible rehabilitar
tu agotado corazón

3
Los vecinos acuden
aliados de tu cuerpo
Reciben tu palabra:
manotazo, susurro,
advertencia o promesa

Antecedes sus pasos
en la marcha postrera

4
Caes en una tierra
que aguarda hace tiempo
devolverte caricias
¡Tantas veces la tomaste!

¡Ahora te toma entero!
Surcos profundos con brabán
boloneos,
rastrillados y surcos más ligeros
azadonazos
en la siembra o el deshierbe
huella en tierra
aligerándola
humedeciéndola
preñándola

¡Ahora te toma entero!
aligerándote
surcándote
acariciándote
haciéndote vuelo

5
He trazado mi ruta
llueve con la fuerza del trópico
retumban las frágiles techumbres
la tierra extiende su piel tensa
al golpeteo
al rítmico compás celeste
oyen nuestros muertos más queridos
sienten la humedad reconfortante
añoran despertar

Está Tomás
su cuerpo apenas descansado
a la espera del tempero de estas aguas
para sembrar de nuevo
y hacerse vigilante
de la pequeña planta
que apunta abriendo el suelo

Está como si tal
como si la vida fuera eterna
y el universo todo
alojara en su seno
infinitas posibilidades del fluir

6
El agua lenta
trae memoria
de las almas campesinas

Tomás asoma
hurgando
entre las barbas y raicillas
del arbolado ribereño
busca cangrejos

A veces
hunde el brazo
hasta el fondo de una cueva
y trae de vuelta
el cangrejo más fiero
atenazando sus dedos

A  paso sigiloso
con el río a la cintura
va llenando la alforja

Los chiquillos
aguardan en la orilla
presenciando un poema

7
Nada en las pequeñas pozas
que el Río Mayor socava
ha escapado de la escuela
y respira libertad
la anciana de negro lo delata

Un tiempo después
con el trabajo concluido
y el potrillo a la sombra del ciruelo
refresca la jornada
en el Río Nuevo

Al término de todo
se aleja por el Ebro
disfrutando su nado
en busca de otras aguas


Manos campesinas

Vengo de unas manos campesinas
que abrazaron la tierra  surco a surco
que soñaron la vida hasta el cansancio

1.
En un día de lluvia,
un hacha prepara el filo,
que lo suyo es hacer leña.

La carga incluye
pequeños troncos
cortados uniformemente.
Sobre un viejo y duro apoyo,
cada rolo se ajusta
para sacar estillas
(así dice el labrador:
comodidad del lenguaje
de a abierta a e no tanto).

Hablo de lo que he visto:
la mañana astillando,
preparando el fogón del mes;
cada día a cebarlo;
por cocina una plancha
de hierro acerado,
con buen horno,
fogón y chimenea,
y el badil,
apoyo a la labor
del fogoneo.

Se ceba
como se alimenta a un animal
(los cochos para diciembre
-se dice, en particular-
también los conejos
con su pienso compuesto).
Abre la boca y van las estillas
a fundirse dentro,
los primeros palitos,
virutas y papeles,
ahúman el recinto,
pronto la llama
florece en su reino
de brasas y rescoldos.

Cada cual en su casa,
con la pila de troncos.
Fulano tiene el corral repleto,
mengano,
en la bajera estrecha,
se contenta
con un montoncito escuálido.

La leña reunida
trasluce las distancias:
es la marca de los pobres

Hablo de lo que he visto:
la mañana astillando,
proveyendo el fogón …

2.
Al madero va el hacha bien templada
en un día de lluvia detenido,
con misión de astillar a son batido
la des-carga de troncos apilada.

Una a una va la astilla a su manada,
quita el frío del cuerpo estremecido
el hombre aquél que brega amanecido
por el horno y el pan y la cebada.

Crecerá el cereal en primavera
granará para junio venidero,
proclama a cada hachazo en el madero.

Bajo el cobertizo de la era,
golpe a golpe dando el hortelano,

una nueva pila será su sementera.

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